Sobre las primarias, y el fantasma del escalonismo

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Camilo Lagos, Vicepresidente Nacional Partido Progresista (PRO)
El 5 de abril del 2009, se realizaban en la sexta y séptima región del país las únicas primarias que haría la Concertación para definir su candidato presidencial de ese año. Originalmente se contemplaban primarias en todas las regiones del país, pero aquella noche, entre empujones e insultos de Camilo Escalona al pre-candidato José Antonio Gómez, y que pudo ver todo Chile por televisión, se decidió dejar el show hasta ahí y proclamar como vencedor de las primarias a Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

Camilo Lagos Vicepresidente Nacional Partido Progresista (PRO)

El 5 de abril del 2009, se realizaban en la sexta y séptima región del país las únicas primarias que haría la Concertación para definir su candidato presidencial de ese año. Originalmente se contemplaban primarias en todas las regiones del país, pero aquella noche, entre empujones e insultos de Camilo Escalona al pre-candidato José Antonio Gómez, y que pudo ver todo Chile por televisión, se decidió dejar el show hasta ahí y proclamar como vencedor de las primarias a Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

Algunos meses antes, el mismo Camilo Escalona, entonces presidente del Partido Socialista, cerraba las puertas de las primarias a Marco Enríquez-Ominami y planteaba sin sonrojarse: “No hay ningún tipo de dudas respecto de la legitimidad y transparencia del procedimiento establecido”.

La historia que viene, la conocemos todos. Marco Enríquez-Ominami anuncia su candidatura independiente y comienza a subir en las encuestas, capitalizando el agotamiento que significaban 20 años de gobiernos de la Concertación. Frente a unas primarias espurias y que comenzaron y terminaron en un patético show, Enríquez-Ominami lanza en mayo de ese año un salvavidas a la Concertación ofreciendo nuevas “primarias refundacionales”, las que fueron rechazadas por el candidato Eduardo Frei, a pesar del apoyo que la idea generó en varios parlamentarios de la Concertación e incluso en encuestas que aparecieron por la fecha.

Con las puertas cerradas con candados de cinco llaves, Enríquez-Ominami reúne miles de firmas, se inscribe como candidato independiente y se convierte en un fenómeno electoral. Pero no obstante alcanzar un 20% de apoyo en primera vuelta, no logra vencer a Eduardo Frei, quien obtiene un desgastado 29%, entrando a una segunda vuelta con un halo de derrota irreversible: la sociedad chilena ya le había quitado su confianza a la Concertación, y no había nada que se lo devolviera.

Hago este repaso histórico, porque sorprende lo cíclica que puede ser la historia.

Ignacio Walker ha anunciado su candidatura presidencial, lo felicitamos desde el PROgresismo. Nos parece legítimo y necesario que la Democracia Cristiana tenga candidato presidencial. Las ideas del centro humanista y social cristiano deben estar representadas genuinamente por un candidato.

Pero junto con el anuncio de su candidatura, el Senador Walker ha rechazado toda posibilidad de una gran primaria de la centro-izquierda con Marco Enríquez-Ominami.

¿Se repite la historia?

No es un buen inicio, comenzar una pre-campaña presidencial, vetando a otros candidatos. Debiese saber Ignacio Walker que esa práctica tan “Escalonista” no es bien recibida ni por la militancia de la Nueva Mayoría ni por la ciudadanía en general. Basta ver los tres últimos resultados electorales de Escalona, para saber el juicio ciudadano sobre ese tipo de conductas políticas.

Al contrario, de un Partido con la historia y responsabilidad histórica como es la Democracia Cristiana, uno espera disposición a diálogos francos y propositivos, discusión de ideas y programas, no vetos ni exclusiones a priori. Porque además, si hay algo que se puede concluir del primer año de la Presidenta Bachelet es que las reformas, que tanto el centro, la izquierda y el progresismo coinciden necesarias de impulsar para Chile, requieren de un arco de fuerzas amplias, mucho más amplias que la actual Nueva Mayoría.

El 2012 y 2013, los progresistas invitamos a los Partidos de la Nueva Mayoría a primarias abiertas para todos los cargos. No fue posible. Desde la Nueva Mayoría no hubo voluntad a primarias de alcaldes el 2012, ni de diputados y senadores el 2013. Hoy, con una nueva ley electoral, creemos que hay suficientes espacios para avanzar al menos, en primarias presidenciales. No hay razón alguna para que las fuerzas que promueven la superación definitiva del modelo económico, político y social heredado de la dictadura no sean capaces de converger. Estamos seguros, que si la Democracia Cristiana pudo dialogar, tener un programa común y hoy co-gobernar con el Partido Comunista, un duro opositor en 20 años de gobiernos de la Concertación, también tendrá la capacidad de dialogar con el Progresismo, para encontrar juntos un candidato común, capaz de ofrecer a los chilenos y chilenas un programa de profundización de cambios y derrotar al candidato del dinero y del conservadurismo: Sebastián Piñera.

Si llegaste hasta acá, es porque las ideas Progresistas te conmueven. ¡Súmate como militante a la fuerza de cambio!

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