Mezclando peras con manzana

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Patricia Morales
Hace unos días, Mauricio Morales, académico de la UDP, publicó una columna en Voces a la cual me quiero referir como Presidenta del PRO.

1.- Sobre los continuos intentos por victimizar la candidatura de Frei Ruiz Tagle.

Mauricio Morales sostiene que Marco Enríquez-Ominami fue el factor que determinó la derrota de Eduardo Frei Ruiz-Tagle el 2009. Esta tesis, totalmente añeja y deslegitimada, es el lamento de quienes no supieron y siguen sin querer entender lo que en ese entonces era una obviedad: Chile cambió y se empezó a debilitar el pacto social, es decir, la confianza entre representantes y representados. El 2009, el candidato de la Concertación representaba la antítesis del sentir ciudadano. La Concertación estaba desgastada desde el gobierno de Lagos y los escándalos vinculados al MOP-Gate. Por su parte, el primer gobierno de Bachelet no logró garantizar el surgimiento de nuevos liderazgos. Mientras la ciudadanía exigía cambios y más democracia, la Concertación se empeñó en hacer todo lo contrario: tildó a los que pedían transparencia electoral y educación pública de calidad, de “díscolos”, mientras que en televisión y por cadena nacional, sus líderes cerraban sus primarias a empujones y garabatos. Por tanto, creer que el problema de Frei fue Enríquez-Ominami -como sostiene Morales en su columna- y no la propia Concertación y las malas decisiones de sus líderes, es casi un insulto al electorado.

2.- Sobre el juego de las interpretaciones electorales

Llama la atención la liviandad con la cual Mauricio Morales pretende construir realidad sobre la base de supuestos inexistentes. Recordemos que desde hace tiempo que se equivoca en sus análisis electorales. El 2013, su encuesta (UDP) le daba a Enríquez-Ominami un 7% y a Parisi un 11%, a tal punto que el propio Morales -un par de semanas antes de las elecciones- señalaba en sus entrevistas que “el cuarto lugar de Marco era irreversible”. Dos semanas después, Marco Enríquez-Ominami salió tercero y con un 11%, dejando a la encuesta UDP como una de las encuestas menos creíbles. Otras encuestas que anduvieron bastante mejor, ese mismo año, explicaban que el 52% de las personas que apoyaban a Bachelet también hubiesen apoyado a Marco, y que por tanto el efecto Enríquez-Ominami no sería flor de un día. El 2013 es el año en que Marco Enríquez-Ominami y el proyecto progresista consagró un 11% de voto duro. Y lo consiguió al lado de una gran adversaria como lo fue Bachelet.

 3.- Sobre las críticas a Frei Ruiz-Tagle

Es cierto, Marco Enríquez-Ominami criticó fuerte a Eduardo Frei Ruz-Tagle y lo que la candidatura de la Concertación representaba en 2009. Lo anterior no tiene nada de reprochable, pues lo contrario habría sido renunciar a la convicción de que era necesario iniciar un nuevo ciclo político y terminar con la era de la transición. Por el contrario, Enríquez-Ominami asumió los costos personales y políticos de desafiar la coalición gobernante. No cabe duda que eso molestó y sigue molestando al establishmentconcertacionista, pero los años han demostrado que los líderes de la Concertación no leyeron a tiempo, o no quisieron leer, lo que para la ciudadanía era una obviedad; es decir, la urgencia de mayor representatividad, democracia y reformas. Por tanto, las tesis conspirativas no sólo resultan un tanto infantiles, sino que demuestran que el lenguaje sirve para crear, pero también para ocultar realidades.

4.- Sobre el financiamiento de las campañas y los gastos reservados.

El que el 30% de los accidentes de tránsito sean provocados por personas bajo efectos del alcohol no quiere decir que el 70% hayan sido provocados por personas sobrias, y que por tanto sería más seguro manejar borracho. En el mismo absurdo cae Morales al presentar los datos de gastos reservados por porcentajes. El dato es simple y no requiere manipulación: Bachelet y Matthei recibieron muchísimos más gastos reservados que cualquier otra candidatura, y por cierto, que la candidatura progresista. Con todo, los progresistas hemos propuesto transparentar los gastos reservados y seguimos a la espera de que las otras dos ex candidatas acepten la propuesta.

 5.- Las encuestas como el único capital político

Que alguien que vive de las encuestas las ningunee diciendo que el “único capital político de Marco son las encuestas”, es no sólo irónico, sino que muestra de ignorancia. Marco Enríquez-Ominami mantiene un sólido liderazgo desde los últimos cinco años. Tiene a su favor el haber fundado un partido político nacional que fue evaluado por Chile Transparente como el partido político más transparente del país. Es parte de un partido que cuenta con 7 alcaldes, 40 concejales, varios CORE, todas muestras de un capital político en aumento, cuyo sustento es mucho más profundo que simples encuestas. En cambio, los intentos permanentes por deslegitimar el liderazgo de Enríquez-Ominami demuestran lo competitivo que es en términos electorales.

Conclusión
Mauricio Morales es un gran académico, pero también es un connotado democratacristiano. Lamentablemente escribe desde la ceguera de una rabia que quiere encontrar en Marco, y no en los errores propios, un chivo expiatorio para los fracasos electorales de la DC. Peor aún, utiliza la fuerza de su púlpito: el Observatorio Electoral de la UDP, y la propia encuesta UDP, como herramientas para sus fines partidistas privados y reaccionarios. Estamos en una época de académicos que más que analizar e interpretar, quieren especular con la opinión pública. Creando, pero también ocultando realidades con el lenguaje y con la prepotencia de sus instrumentos.

Fuente: La Tercera

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