Alejandro Navarro
Evo no solo logró dotar de estabilidad a un país al que se calificaba por muchos como una “democracia fallida”. Hay que recordar que hasta antes que Evo Morales ganara su primera elección, Bolivia había tenido 5 presidentes en 5 años.
Cuando Evo Morales asumió su primer mandato, hace 14 años, Bolivia tenía una tasa de analfabetismo de 13.0 %. Al año 2018 logró rebajarla a 2,4.
A la misma fecha, Bolivia tenía una tasa de desempleo de 9,2%. El gobierno de Evo Morales logró disminuirla a 2,4%. En cuanto a la pobreza moderada, Bolivia tenía una tasa de 60,6% y una de pobreza extrema de 38%, logró rebajar la primera al 2,6 % y la segunda al 15,2%.
En cuanto al salario mínimo, el 2006 Bolivia tenía un promedio 60 dólares, al 2019 alcanzó la cifra de 310 dólares. Mientras que el cuanto al PIB, pasó de los 9000 millones a los 40 mil en los últimos 14 años.
Evo no solo logró dotar de estabilidad a un país al que se calificaba por muchos como una “democracia fallida”. Hay que recordar que hasta antes que Evo Morales ganara su primera elección, Bolivia había tenido 5 presidentes en 5 años.
Bolivia, hay que decirlo, fue el país que más creció económicamente los últimos 10 años. Y lo hizo a tasas que superaron el 5% promedio anual.
Ahora Bolivia depuso a su presidente mediante un golpe de estado. La vieja disputa entre Santa Cruz y La Paz causó todo este descalabro. Los blancos nunca toleraron que un indio sin educación formal pudiera dirigir el país y se empeñaron desde el primer día en sacarlo del poder.
Actualmente, Bolivia está en manos de cristianos fanáticos, grupos de extrema derecha y el gran empresariado, coludidos con los altos mandos de las FF.AA. y la policía. Todo esto con el indisimulado apoyo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
Pese a que el informe preliminar de la OEA no fue concluyente sobre si había habido fraude o no en la primera vuelta presidencial, la cual Evo ganó ampliamente, sus enemigos se le fueron encima, primero exigiendo segunda vuelta y seguidamente, exigiendo su renuncia.
El golpe final se lo propinó el alto mando militar “sugiriéndole” renunciar. Evo, para impedir derramamiento de sangre, accedió a dar un paso al costado. Y se inició una persecución encarnizada contra sus colaboradores y contra el mismo Evo.
Lo que hubo en Bolivia fue un golpe de estado cívico, político y militar. Eso es evidente, por más que Almagro, traidor converso, diga ahora con toda impudicia y desfachatez, que “Evo dio un golpe contra sí mismo”.
Al final, la auditoria de la OEA no fue más que el pretexto para deslegitimar la autoridad constitucional y legitimar el golpe. Una confabulación que ya estaba bien montada.
Ahora Evo recupera fuerzas en México, país que solidariamente le otorgó asilo diplomático. Bien por México, país lindo y querido. Evo bien sabe, el pueblo boliviano también sabe, que este es un episodio más en la larga lucha que han dado y seguirá dando contra el racismo, la discriminación y el abuso en el país altiplánico. Evo puede contar con mi amistad y solidaridad.
Fuente: El Desconcierto