Hoy 29 de marzo conmemoramos a una juventud que se rebeló. Que no aceptó el país en blanco y negro que pintaba la dictadura. Que no aceptó aquella paz de los cementerios que imponía Pinochet. Que marchó, se tomó sus liceos, hizo barricadas, rayaba las paredes, que salió a trabajos voluntarios, que peleaba por el pasaje escolar en el metro, contra la municipalización, que soñaba con las calles repletas de pueblo y banderas.
Las y los Progresistas, con profundo respeto y admiración, homenajeamos a esa valiente generación que tuvo el coraje de asumir la política como instrumento de transformación y de conquista de la libertad, y no de cálculos políticos baratos.
Saludamos a la juventud que hizo de su acción política, no una cuña para medios manejados por los poderosos, sino un grito de libertad y rebeldía.
Para ellas y ellos, los que quedaron en el camino, nuestra produnda admiración y memoria, y para aquellos que resistieron y sobrevivieron, nuestra respeto por no aceptar las comparsas de la transición pactada. Todos y todas, somos herederos de esa heroica generación. Las y los progresistas, estaremos a la altura de ese bello legado.
¡Hasta la victoria siempre!