Los hechos que hemos visto en los últimos días no son más que claras evidencias de algo que muchos anticipábamos: La verdadera intransigencia no venía del lado de los estudiantes, sino más bien del poder ejecutivo, en una rotunda manifestación de su deseo de sostener a espaldas de voluntad ciudadana un modelo educativo que ha demostrado fracasar en todos su ámbitos.
Los hechos que hemos visto en los últimos días no son más que claras evidencias de algo que muchos anticipábamos: La verdadera intransigencia no venía del lado de los estudiantes, sino más bien del poder ejecutivo, en una rotunda manifestación de su deseo de sostener a espaldas de voluntad ciudadana un modelo educativo que ha demostrado fracasar en todos su ámbitos.
La persistencia del gobierno por imponer una propuesta como el GANE, que no resuelve absolutamente nada a nivel estructural y que abre una peligrosa puerta a la legitimidad del lucro en la educación, era el anuncio de la crónica de la muerte anunciada que se preveía para la frágil mesa de diálogo entre los estudiantes y el ejecutivo. En definitiva, en carencia de la más mínima voluntad de aprovechar el momento histórico de transformar la educación en Chile por parte del gobierno de Sebastián Piñera, el diálogo de sordos estaba condenado al fracaso.
Una conclusión que resulta imposible no considerar de todo esto tiene que ver con que queda de manifiesto el hecho de que el gobierno nunca estuvo interesado en generar una real instancia de diálogo entre los actores involucrados, capaz de proyectarse en el necesario ejercicio de escucharse y atender a una demanda respaldada por amplios sectores de la población en nuestro país. Lo que queda más claro es que la expectativa del ejecutivo, y en particular del ministro de educación Felipe Bulnes, de alejar la discusión del debate público y someterla al foro del parlamento se está cumpliendo.
Las señales que se envían desde la moneda hablan de un irreconciliable encuentro de cara a la búsqueda de soluciones en inclusión de los distintos sectores y actores involucrados.
Los progresistas creemos que el Desafío de los estudiantes hoy es seguir extendiendo los límites de lo posible y continuar exigiendo lo imposible de cara a una ciudadanía que ha sabido escuchar y hacerse eco de sus demandas. La alianza y la concertación, aún incapaces de mostrarse como agentes facilitadores y colaboradores de este proceso, seguirán condenados al rechazo popular en un camino de difícil retorno.
Nuestro desafío como adherentes jóvenes del movimiento progresista es aportar en el debate. El marchar con la mayoría de las propuestas que hace dos años establecimos en la agenda pública. Exigir un cambio original junto y con nuestros pares. Para ello las reformas políticas educacionales y en sí las reformas al actual sistema político con mucha legitimidad seguirán siendo nuestras banderas. ¡Con rebeldía y mucho entusiasmo somos parte de todo esto!
Secretaría Estudiantil – Partido Progresista de Chile