[Columna] Vuelve la olla común a Chile, símbolo de la pobreza y hambre en tiempos de dictadura

[Columna] Vuelve la olla común a Chile, símbolo de la pobreza y hambre en tiempos de dictadura

Raúl Villavicencio
Encargado comunal Santiago
Partido progresista

 

Al igual que en dictadura, a lo largo de toda nuestra larga y angosta faja de tierra, vuelve la olla común a nuestros barrios y poblaciones. La que nace dentro de un contexto social de pobreza y desempleo. No es sacado de una película, no es fantasía, es la realidad de hoy. Muchas familias comen gracias a las ollas comunes. Pero, ¿por qué volvimos a esos tiempos? ¿Qué nos hace revivir una de las épocas más oscuras de la historia de Chile?

Sin duda la pandemia del coronavirus ha traído grandes movimientos económicos a nivel mundial, lamentablemente con evidente contracción. Chile no escapó a ello, vemos subir diariamente los niveles de cesantía, hoy bordeando el 10% (la mayor cifra en la última década). Cada día hay más gente sin trabajo, sin alimentos en sus casas, la plata ya se acaba. Pero así y todo se nos envía a guardar cuarentena sin ninguna garantía de que el Estado cubrirá nuestras necesidades básicas.

Que no nos confundan, el problema no es la cuarentena, el problema es la ausencia de un Estado que se preocupe por las necesidades básicas de su pueblo. Muchos dirán “pero el gobierno está repartiendo una caja de mercadería”, pero esa caja de mercadería no cubrirá la alimentación necesaria de al menos un mes para una familia de 4 personas. Después que se consumió esa caja, esa familia volverá al mismo punto, al igual que los bonos de emergencia que son una verdadera vergüenza.

Cada día son más y más las personas que van quedando sin trabajo. Y la famosa ley de protección al empleo es a mi juicio una ley de protección empresarial, donde te hacen sacar de tus fondos de cesantía el dinero que has logrado juntar en ese fondo.

En Chile plata hay, lo ha dicho nuestro compañero Marco Enríquez-Ominami en más de una entrevista, pero también dice que hay que decidir cuáles son las prioridades ahora, y hoy la prioridad es la gente.

Mientras tanto, “nuestros honorables” discuten en definir para ellos cuáles son las prioridades. Como última medida debieran aprobar el retiro del 10% de nuestros fondos de las AFP para poder apalear esta crisis de la pandemia, mal que mal es la plata de cada uno de las y los chilenos. Son los mismos que muchas veces aprueban leyes en un par de días, sobre todo cuando es a conveniencia del empresariado.

Las ollas comunes de un día para otro se fueron multiplicando en los sectores más vulnerables, era de esperar. La gente tiene la necesidad de alimentarse, son familias completas, niños, adultos mayores. Son muchas las juntas de vecinos en las poblaciones y en los barrios que abren sus espacios como centro de acopio, mientras vemos desfilar en los matinales a alcaldes, concejales, diputados, senadores y todo tipo de personaje público, queriendo demostrar quién sabe más, todos de la noche a la mañana se volvieron expertos en pandemia. Pues a esa hora y en esos precisos momentos ¿cuántas hornillas ya están con fuego alto cocinando el fondo de tallarines, o los porotos con rienda, o el arroz con pollo que hoy alimentará a cientos de familias?

Gracias a esa olla común hoy comerán personas en situación de calle, inmigrantes, asesoras del hogar, niñ@s estudiantes, obreros de la construcción, y miles de desempleados de los sectores más vulnerables de nuestro país. Para muchos es la única fuente de alimentación mientras el país se recupere de la pandemia.

Hay hambre, hay cesantía, hay incertidumbre, mientras tanto vemos al Presidente de la República campante y con indiferencia absoluta, comprando vino en una tienda. Totalmente desconectado de la realidad, en un acto de absoluta burla hacia las familias que dependen de las ollas comunes para comer en estos momentos. De la misma forma que va, posa y se fotografía en el monumento de Plaza Dignidad en plena pandemia y en cuarentena.

Las ollas comunes se solventan nada más que gracias a la solidaridad de las, los vecinos y ciudadanos. Donde el que puede aportar lo hace, coincidentemente es la clase obrera, la clase trabajadora y anónimos los que colaboran. Mientras en los medios de comunicación se anuncia una nueva cruzada televisiva en los próximos meses para ir en ayuda de las familias más vulnerables, que se llamará “Chile ayuda a Chile”. Desde mi punto de vista Chile ayuda a Chile ya existe, y se llama “ollas comunes”.

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