[El Desconcierto] ME-O: “Tenemos una izquierda infantil que desprecia a los chilenos, los trata de tontos”

[El Desconcierto] ME-O: “Tenemos una izquierda infantil que desprecia a los chilenos, los trata de tontos”

En una entrevista con El Desconcierto desde París, donde se encuentra produciendo su siguiente documental, Marco Enríquez-Ominami critica la principal fórmula de campaña del Apruebo. “Imprimir el libro, hacérselo leer a los chilenos todos los días y darle clases de Constitución a todo el mundo es peyorativo”, acusa.

En un momento de esta entrevista, le pregunto a Marco Enríquez-Ominami por el silencio del expresidente Piñera sobre el plebiscito, pero, en medio de su respuesta, interrumpe sorpresivamente la conversación.

— Un ristretto, s’il vous plaît.

El excandidato presidencial conversa con El Desconcierto sentado en un café de París, su “segunda patria”, como la define, a la espera del avión que lo traerá de vuelta a Chile. Cuenta que fue un ambicioso proyecto audiovisual el que lo llevó a visitar nuevamente la tierra donde fue exiliado junto a su familia.

“Estoy organizando un documental sobre el Lawfare, la guerra jurídica, cuando fiscales corruptos junto a algunos periodistas corruptos sacan del tablero democrático a líderes políticos. Está el caso de Lula en Brasil, el de Correa en Ecuador, el de Evo en Bolivia. Yo también viví lo mismo, pero no voy a filmar mi caso”, comenta el cineasta y político.

Enríquez-Ominami se refiere al fallo del Tribunal Electoral Regional Metropolitano a principios de septiembre de 2021, en el que se declaró su exclusión de las elecciones presidenciales por la acusación en su contra por el Caso OAS, del que había sido absuelto a fines de agosto.

Si bien, el año pasado pudo finalmente estar en la papeleta gracias a una apelación al Tricel —perdiendo “valioso” tiempo de campaña, dice— , esta arista del famoso caso de corrupción brasileña Lava Jato lo persiguió por ocho años, mermando también sus oportunidades en la elección de 2017, denuncia.

“No habría sido Presidente Bolsonaro si no hubieran metido preso a Lula, y probablemente Piñera no hubiera sido Presidente si no me hubieran sacado de la carrera en 2017”, asegura el otrora díscolo de la Concertación, quien desde esta semana, afirma, volverá a hacer campaña por el Apruebo en varias regiones del país, junto a su movimiento recién formado Otro Chile.

“Los partidos van y vienen”

– ¿Qué otras cosas has estado haciendo desde que se disolvió el PRO?

He estado dando conferencias en escuelas y seminarios distintos, coordino el Grupo de Puebla, estoy a punto de publicar un libro sobre comunicación política con Daniel Flores, que es un antropólogo. Estoy haciendo un documental para un banco, otro de la inmigración en Chile, creé un movimiento nuevo que se llama Otro Chile, estoy armando escuelas de líderes, y el sábado inauguró una de ellas el expresidente de España Rodríguez Zapatero. Estoy metido como en 10 temas.

– ¿Descansas?

Toda mi vida siempre he sido un agente de contenidos. La vida sin ideas no es interesante.

– ¿Cómo se sintió que el partido político que fundaste se disolviera a principios de este año?

Nosotros decidimos eso como colectivo, porque nos pareció, primero, impresentable que no hubieran primarias abiertas. Frente a eso nos pareció fundamental que en la disputa presidencial hubiese un programa de gobierno distinto a los programas de gobierno excluyentes, el de la ex Concertación y el del Frente Amplio.

Además, teníamos fiscales corruptos, con algunos periodistas corruptos, que se habían coludido para que yo no compitiera. Yo tuve 51 días de campaña y la ley dice 90. Y luego, al inscribirnos a último minuto, teníamos la imposibilidad de llevar independientes como candidatos a diputados, y eso significó la disolución del PRO. Fue una decisión complicada, pero nos pareció que había un elemento ético de por medio y los partidos van y vienen.

– ¿No consideras un fracaso lo que pasó con el PRO?

Cómo va a ser un fracaso un partido que no lo dejas competir hasta el 20 de septiembre. No, al revés, creo que fue un triunfo de un partido que fue digno, fue decente, enfrentó al sistema a tal punto que estuvo dispuesto a disolverse por defender la democracia. El PRO tenía ofertas de la ex Concertación. Si aceptábamos el sistema corrupto y que nos sacaran de la carrera, tendríamos diputados a cambio. No nos dejamos extorsionar.

– Tu carrera después del PRO ha estado más centrada en el escenario extranjero que en Chile. ¿Significa esto que estás transitando de la política nacional a la internacional?

Es que para mí es lo mismo, esa es mi diferencia con buena parte de la clase política chilena. Chile es una economía híper abierta, que depende mucho más del mundo de lo que los políticos reconocen.

– ¿Por qué el Grupo de Puebla y sus líderes no resuena tanto en Chile?

Primero, porque Chile tiene una psicología de isla, con una élite muy anti latinoamericana. Los cancilleres, casi todos, son anti Latinoamérica. Aquí yo he visto a periodistas de matinales decir que Evo Morales es un dictador y Jeanine Áñez es una demócrata, que es una víctima.

Es lógico que el Grupo de Puebla, que defiende exactamente lo contrario, no sea querido. Es una visión completamente rupturista.

– ¿Cómo se defiende el Apruebo en una campaña siendo que tú eres bastante crítico con el trabajo de la Convención?

A los convencionales les faltó lograr más en temas de participación. Es verdad que tuvieron limitaciones presupuestarias, pero también, producto de muchas de sus declaraciones, de sus actitudes, de sus prédicas que no cumplieron, la gente no siente propio el texto de 2022. El proceso fue menos bueno de lo que hubiera querido. No fue perfecto y debió haber sido perfecto.

Lo segundo es que el texto tiene problemas, tanto en el sistema judicial como en el sistema político, y yo digo claramente, a diferencia de lo que hace buena parte del gobierno, que hay que reformarlo. Pero, a pesar de eso, creo que el texto de 2022 es infinitamente mejor que el de 1980, y yo apruebo.

– Si tú fueras parlamentario y llega el día 5 de septiembre, y se aprobó la nueva Constitución. ¿En qué reforma empezarías a trabajar ese día?

Te voy a responder con lo que yo creo que hay que hacer, porque nunca he querido volver a la Cámara. Me lo han ofrecido 100 veces y he dicho que no, nunca voy a volver a ese Congreso. Dicho esto, yo creo que tendría un semi presidencialismo, no creo que sea lo mismo un jefe de gobierno que un jefe de coalición.

En 2009 yo era diputado y se hizo una comisión que presidí sobre el cambio de sistema político. Todo eso que te estoy diciendo ya está escrito en el Congreso y votado. Lo que pasa es que ese Congreso decadente estaba contra el proceso constituyente y nunca aceptaron estas reformas. Si los diputados hubiesen hecho la pega no había para qué hacer un proceso constituyente, porque buena parte de esas reformas se podían hacer en el Congreso.

– Pero justamente uno de los argumentos que se esgrimió para tener una nueva Constitución es que la actual tiene un candado, un cerrojo a la hora de hacer cambios.

No es verdad, faltó la voluntad de un presidente. Bachelet tampoco quiso. ¿Sabes cuándo entregó Bachelet el acta de los cabildos? Una semana antes de dejar el poder. ¿Viste alguna crítica del Frente Amplio?

– ¿Crees que por eso no tuvo éxito su proceso constituyente?

En todos los procesos constituyentes que han existido los presidentes lo apoyan, lo empujan. En este caso no quisieron un proceso constituyente, no quisieron hacer reformas estructurales al contexto, y con un presidente decidido se podrían haber hecho. Tampoco había que ser tan de izquierda para proponer una nueva Constitución.

Y, por eso, ahora tenemos un proceso constituyente que emana de un contexto hiper violento, que nadie quiere repetir. Yo creo que va a ganar el Apruebo pero no va a ser 80 contra 20. Todo el verano y el otoño, el gobierno y los constituyentes hicieron como que no hubiera pasado nada. Mismo discurso, mismo tono, en vez de darse cuenta que en diciembre de 2021, 45% de los chilenos te dieron una señal con la votación más alta de la historia.

– Los comandos del Apruebo dicen que no podían empezar la campaña antes de la entrega del texto, y que eso los puso en desventaja frente al Rechazo, que comenzó a instalarse antes de que hubiera una línea escrita de la nueva Constitución.

¿Cómo? ¿No se puede mascar chicle y caminar al mismo tiempo? Más grave todavía entonces. Muchos de los convencionales llegaron a la constituyente por su enorme capacidad de comunicar, y me dices que de repente dejaron de comunicar. De repente se olvidaron de que la lucha se da en el debate público.

Por supuesto que hay mucha manipulación mediática, pero eso es justamente el problema de algunos que están en política, sobre todo de los constituyentes, que quieren fundar una iglesia, que están predicando y no cumplen con su propia prédica. Ellos creían que la política anterior era vomitiva y ahora les tocó chocar con la realidad: hay un espacio de debate público súper difícil en Chile.

El “zapato chino” de Boric

– ¿Qué opinas de las denuncias y la investigación de Contraloría por un supuesto intervencionismo del gobierno y del Presidente Boric?

Boric se está metiendo en un zapato chino. Se compró el cuento de la no intervención y ahora mira el lío en el que está. Tiene que dar explicaciones de que no está interviniendo cuando es súper simple el principio: un Presidente no puede usar recursos públicos para influir una opción electoral. Pero eso no tiene nada que ver con participar políticamente del proceso.

Hace una semana se dio cuenta de su error y ahora defiende el proceso. Armaron un lío al aceptar el principio de la manipulación. Ahora un Presidente que dice lo que piensa es intervención electoral. No entiendo, es la locura completa, el tipo habla y hay polémica de por qué habló, de si leyó un artículo. Pero ese problema lo generó él, la derecha hizo su pega que es ser opositora.

– ¿Cuál es tu evaluación del gobierno?

El gabinete en general es mediocre, sin verdadera iniciativa. Hay excepciones, por supuesto que hay ministros mejores que otros, pero es un gabinete menor y que tiene actitudes predicativas, progresistas pero bien conservadoras en los hechos.

A todos los gobiernos que les va bien, en los primeros cuatro meses meten la reforma fiscal, de pensiones, política. Pero acá no hay reforma fiscal, no hay reforma de pensiones y no hay reforma política. No hay ministros con grandes reformas, solo anuncios.

– ¿Y del Presidente Boric en particular?

Yo volvería a votar por él. No tengo ninguna duda que, respecto de Kast, era mejor Gabriel Boric. No me arrepiento, lo volvería a hacer una y mil veces. Dicho esto, creo que es un Presidente con buenas intenciones, pero que no quiere confrontar la realidad, ve un Chile que no lo está entendiendo. Yo veo un Chile súper empobrecido, súper angustiado. Me da la impresión a veces que se parece más a un presidente de Finlandia que a un Presidente de Chile.

Además, no quiere confrontar con la derecha. Yo se lo he planteado, creo que es un enorme error no confrontar con la derecha. Me cae mal ese argumento de la izquierda infantil: “Ellos no cumplieron, nosotros hicimos las tareas, ellos no”.

Descubrir que mientras haces los cambios estructurales el sistema político está en contra tuya ¡Guau! ¡Sorprendente! No jodas. Era evidente.

– ¿Crees que eso influyó en el escenario actual?

Nunca en la historia electoral de Chile, un sector había tenido un 80% de los votos. Nunca habíamos tenido dos tercios tan nítidos, con 80% de un plebiscito, con las encuestas a favor, con 15 de los 16 gobernadores de Chile, con mayoría de alcaldes y concejales. Y eso no se supo aprovechar en el progresismo. Aquí faltó conducción.

Es incomprensible que, teniendo la mejor racha electoral de la historia, que no tuvieron ni Allende ni los gobiernos radicales, se rompiera por esta idea de fundar una iglesia y no un país, por predicar mucho y cumplir poco. En eso sí soy crítico, súper ácido. Este gobierno está echando a perder una enorme racha histórica que no sé si se vaya a repetir en la historia.

-¿Te gustaría volver a postular a la presidencia?

No me siento legítimo de responder esa pregunta, porque hay un Presidente recién electo, asumido y que, a mi juicio, lo está haciendo menos bien de lo que yo quisiera. Yo quiero que le vaya bien y, cualquier respuesta que yo diga, no ayudaría a que este gobierno mejore. Así que, como diría una expresidenta: paso.

El voto de los ex

– ¿Qué te parece el rol que han ido tomando los expresidentes de Chile de cara al plebiscito? Frei, por ejemplo, va por el Rechazo.

Yo tengo sobredosis de críticas a Frei. Ya competí contra él, no tengo nada que repetir, está todo dicho. Lamento decirte que creo que no me equivoqué. Recuerda que me retaron por decir que me costaba votar por él en segunda vuelta, bueno ahora invito a todos los que me sacaron la mierda porque los leo ahora diciendo que Frei es un facho. Yo, a diferencia de ellos, soy serio.

– ¿Y la carta de Lagos? 

Lo lamento, creo que cometió un error. Yo con él he sido súper duro, también tengo sobredosis de críticas, ya dije lo que dije. Pero su última decisión confirma que las críticas que hice en su minuto no eran tan locas.

– ¿Y el silencio de Piñera?

Es un presidente corrupto, que amparó la violación de los derechos humanos, que debiera estar en tribunales defendiéndose y no gozando de sus vacaciones.

– ¿Y el respaldo de Bachelet al Apruebo?

Me parece que Michelle Bachelet es parte de la historia de Chile y uno nunca debe pelearse con la historia de Chile. Esto demuestra que el Apruebo tiene sentido histórico.

– ¿Qué te parece el rol que han tomado figuras de la ex Concertación que han decidido apoyar el Rechazo?

Correa Sutil es la expresión de lo peor de la política, junto a Jorge Burgos. Es bueno que estén por el Rechazo, es una buena noticia. Correa Sutil y Burgos debieran ayudarnos más todavía e invitar a Piñera a una conferencia de prensa. Poner al corrupto de Chadwick juntos y hacer una conferencia los cuatro. Además, son buenos amigos entre ellos, y ahí sí terminamos de ganar anticipadamente, nos ayudarían mucho. Que lleguen hasta el final de sus deseos, de su hambre de lobby, dinero y arribismo, y ahí nos ahorramos toda la campaña.

– ¿Incluyes ahí a Amarillos por Chile, el movimiento de Cristián Warnken?

Yo a Warnken lo conozco poco, no quiero polemizar con él. Atiendo una parte de sus quejas, pero no hay que insultar. Nuestra tarea es demostrar que el Apruebo es cambio, es lo moderno, es lo actual. Nosotros somos el cambio, el Rechazo es la continuidad. Warnken es un hombre de cambio y creo que está equivocado.

“El gobierno trata de tontos a los chilenos”

– ¿Qué mensajes o premisas deberían primar en la campaña del Apruebo?

Encuentro que a estas alturas lo más importante es confrontar con la derecha. Esta idea de imprimir el libro, hacérselo leer a los chilenos todos los días y darle clases de Constitución a todo el mundo es peyorativo. Tenemos la inflación más alta de los últimos 30 años, una caída en los sueldos reales del 10% al 20% para muchos hogares, les estás diciendo que se lean un libro que no es tan fácil de leer.

– ¿Y de qué manera combatirías tú las fake news?

Yo distinguiría las fake news que la gente quiso creer y me haría la pregunta: ¿Por qué creen eso? Por la desconfianza con el discurso público y el poder. A mí me parece que la más complicada es la de los pueblos originarios, que tenemos dos clases de chilenos. En términos estrictos, la Constitución no dice eso. A mi juicio, ahí hay un problema de los que gobernaron y los que están gobernando. Gobernar también es educar, es dar los elementos. Ahora se transformó esto en un problema práctico. La gente más o menos está creyendo que los indígenas podrían matar y no irse presos. Y la pregunta es: ¿Por qué?

– Pero si gobernar es educar, ¿por qué no te parece bien que se entregue gratuitamente la nueva Constitución?

No, porque entregar libros no es necesariamente educar. ¿Tú tienes hijos?

– No, no tengo.

Yo tengo. Te lo dice un padre que se ha equivocado, yo he hecho eso. Un padre que le ha entregado libros a sus hijos sabe que probablemente no es el mejor camino para que el hijo empatice con la lectura. Eso está súper demostrado, no está claro que entregando libros al país la gente diga: “Ah, ahora entiendo”. La pregunta es otra: ¿Qué representa el texto? Hay que llenarlo de contenido.

Por supuesto que estoy a favor de que lo lean, pero en el centro del argumento está implícito: “chilenos ignorantes, deben leer el texto, porque sin leerlo, son todos ignorantes”. No, nadie leyó el programa de gobierno de Gabriel Boric. Y votaron por Boric porque supo, con mucho talento, llenar de contenido su apellido.

-Pero las noticias falsas existen. De hecho, tú tuviste un encontrón con Felipe Kast por esta razón. Entonces, mi pregunta es: Si no es entregando el libro, ¿cómo se combaten las fake news y se informa del proceso a la gente? 

Primero, para corregir: por supuesto que hay que entregar la Constitución. Lo que digo es que tu campaña tiene un subtexto, que la gente está votando ignorantemente. Hay que llenar de contenido el Apruebo, que es otra cosa. El Apruebo es tolerancia, es cambio, es un mejor mañana.

Es un error castigar a los pueblos y humillarlos, y tenemos una izquierda infantil que desprecia a los chilenos, los trata de tontos. Escucho una izquierda tonta que dice: “chilenos flojos que no leen el texto”, que manda a hacer tareas a los pueblos, les dicen: “¡Lean, vagos!”. Boric no publicó su programa de gobierno hasta una semana antes. Yo fui a un debate presidencial con él sin que publicara su programa. ¿Me entiendes el punto? Por eso digo que cuando el gobierno trata de tontos a los chilenos, me cae mal.

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