En Osorno hoy se vive una situación de crisis. La falta de suministro de agua potable, la contaminación del agua y del medioambiente, la falta de información por parte de la empresa Essal y del gobierno regional y la demora en la búsqueda de soluciones, son todos hechos que afectan la salud y vida de la población. Essal estaba en conocimiento de la emergencia y del momento en que se originó y ha actuado con una lentitud que representa una negligencia inexcusable.

Como Progresistas de Osorno, estamos haciendo un recorrido por la zona vigilando el comportamiento de las autoridades y seguiremos contribuyendo con las y los vecinos a pesar de las ventanas de dos a cuatro horas que se producen sin entrega de agua potable. Es en esta crisis cuando se vive la reacción colectiva y la real solidaridad de la comunidad, como también de comunas aledañas a la provincia de Osorno.

Unos meses atrás Essal anunció con bombos y platillos unos estanques de reserva de agua que servirían para estos casos, sin embargo uno de ellos también fue contaminado. Además, la contaminación de las aguas alcanzó el Río Rahue, situación preocupante porque río abajo, en el sector de San Pablo, se extrae el agua para alimentar y abastecer a animales. La situación es dolorosa y nos compromete aún más.

Criticamos los protocolos que se manejaron por parte de la empresa responsable, su lenta reacción, su incapacidad para advertir a tiempo la emergencia y la desidia con la que han reaccionado las autoridades centrales frente a la crisis que se vive en Osorno.

Esto empuja, una vez más, una discusión que debiera ser central en Chile sobre cómo recuperamos para las chilenas y chilenos la administración de los servicios básicos. Es hora de volver a hacer nuestras estas empresas para privilegiar la racionalidad pública, por encima del interés particular. No descansaremos en empujar ese debate, al igual como no lo haremos en nuestra provincia acompañando a cada vecina y vecino en esta crisis.