Santiago, 01 de octubre de 2018. Como Progresistas, republicanos y patriotas, celebramos la resolución de la Corte Interamericana de Justicia, tras la demanda boliviana por instar a Chile a sentarse en una mesa de conversación con el país vecino.

Celebramos este resultado, pero seguimos confiando en que el día en que los Presidentes de Chile, Bolivia y Perú se sienten en una misma mesa, América Latina será más grande. Y debemos apuntar hacia allá.

Siempre lo dijimos: un pasaje a La Paz era más barato que uno a La Haya. Lo que vimos hoy por TV era totalmente evitable: señoras y señores hablándonos en otros idiomas, explicándoles a dos países hermanos cómo deben comportarse. Terminamos hoy con audífonos escuchando un fallo en otro idioma a miles de kilómetros de distancia. Si queremos ser tratados como un continente adulto, actuemos como tal.

La diplomacia chilena ha demostrado durante años ser incapaz de avanzar en una relación fraterna con los países vecinos, hecho que sería provechoso económica, cultural y socialmente para nuestro país. Hoy se vivió un triunfo para la defensa chilena, pero una derrota para quienes creemos en el diálogo.

De este modo, así como debíamos ser respetuosos del fallo en caso de ser adverso, esta victoria nos pone nuevas obligaciones: debemos recuperar el mar para los chilenos y recibir el resultado sin caer en nacionalismos peligrosos, xenófobos y que nos dividan. El amor a la Patria, supone promover la felicidad del pueblo y la cooperación con los vecinos.

Por eso, las y los Progresistas tenemos claro que el camino son alianzas productivas con Bolivia, para lograr el desarrollo de ambos países. Nuestras relaciones a partir de ahora deben fundarse en un trato fraterno.