[Columna] Un Presidente acorralado por los eternos recovecos de su dogmatismo neoliberal

[Columna] Un Presidente acorralado por los eternos recovecos de su dogmatismo neoliberal

Por Braulio Meza.
El autor es dirigente progresista.

La victoria de la iniciativa del tercer retiro del 10% de los fondos en control de las AFP, es también la expresión de una profunda derrota del dogmatismo neoliberal de Miguel Juan Sebastián Piñera, que potencialmente puede convertirse en definitiva y relegarlo al lugar oprobioso de peor gobierno de la historia reciente de Chile.

En marzo de 2021, desde las filas de la oposición política se ingresaron en la Cámara Baja tres iniciativas de retiro del 10%, desafiando al Gobierno por la escasa ayuda a las familias durante la pandemia. El primer proyecto fue presentado por los diputados Pamela Jiles y Félix González. El segundo fue patrocinado por Camila Vallejo, Alejandra Sepúlveda, Maya Fernández, Jaime Mulet, Luis Rocafull, Amaro Labra, René Alinco, Patricio Rosas, Esteban Velásquez y Gastón Saavedra. Una tercera iniciativa correspondió a Karin Bianchi.

En el curso de su tramitación legislativa, estas mociones fueron refundidas, por el carácter complementario de sus contenidos. En la Cámara de Diputados y el Senado lograron apoyo unánime de la oposición, con la excepción de Pepe Auth, y una parte de los parlamentarios del oficialismo que constataba con angustia, para sus pretensiones electorales, el cada vez más enorme descontento de una población que se percibía abandonada por el Gobierno frente a las inclemencias de las crisis.

¿Cómo reaccionó el Presidente que anunció el 2017 que traería “tiempos mejores” al país?

El Gobierno de Piñera se niega a la posibilidad de un tercer retiro, argumentando que, en la eventualidad de un nuevo retiro, no favorecerá a los más vulnerables y que además se verán afectadas las futuras pensiones. Una argumentación ciega a la realidad del país, marcada para la mayoría por la precariedad de la vida, lo que se acrecentó en la pandemia, y por las pensiones miserables que otorgan las AFP y que contrastan con sus obscenas ganancias. Un razonamiento cegado por la convicción casi religiosa de Piñera en el libre mercado, del cual ha sabido usufructuar una y otra vez. Y advirtió, asimismo, que, de prosperar la iniciativa, acudiría al Tribunal Constitucional.

Al mismo tiempo, La Moneda presenta un nuevo plan de supuesta ayuda a la clase media, denominado “bono clase media”, a lo que se sumaba un “préstamo solidario”. Otra forma de torcer el destino del nuevo retiro del 10% fue través del candidato presidencial y alcalde Joaquín Lavín que propuso como alternativa que las personas pudieran hacer un retiro de fondos en el seguro de cesantía. Uno y otro conejo que la derecha sacaba del sombrero con el propósito de proteger los intereses de las AFP.

Una vez más, como aconteció para la revuelta social, la elite “no lo vio venir”.

Tras la unificación de las iniciativas, el tercer retiro avanzó, raudo, en el trámite legislativo. La Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados aprobó el proyecto y el 15 de abril la Sala lo ratificó, con 122 votos a favor, 20 en contra y cuatro abstenciones.

El Gobierno de Piñera acudió al Tribunal Constitucional el 20 de abril para evitar el tercer retiro. El 22 de abril, el Senado aprobó la iniciativa con 31 votos a favor y 11 en contra: de este modo, superó el quórum de 2/3 y el proyecto pasó a tercer trámite en la Cámara Baja, que al día siguiente despachó la iniciativa, quedando en condiciones de ser promulgada. La votación fue de 119 diputados que estuvieron a favor (de 92 necesarios), 17 en contra y 3 abstenciones. Esto, con un amplio respaldo de parlamentarios de gobierno, dando un nuevo golpe a Piñera: más de 35 de sus diputados respaldaron la iniciativa.

En un acto desesperado, el domingo 25 en la noche, en pleno toque de queda y mientras el país pretendía ver la entrega los premios Oscar, Piñera se dirigió al país desde La Moneda. Antes que el Tribunal Constitucional se pronunciara, anunció su propio proyecto de retiro del 10%, pero con la trampa de contemplar una modalidad de “reintegro” que agregaba un 2 por ciento adicional a los fondos de las AFP. Dijo que ingresaría la iniciativa al Congreso al día siguiente.

El martes 27 de abril, en un día histórico, el Tribunal Constitucional, con 7 votos contra 3, decidió no acoger a trámite el requerimiento de institucionalidad interpuesto por Piñera, dando el golpe de gracia al Gobierno y dejándolo con una alternativa para seguir impidiendo que el proyecto ya aprobado por el Parlamento viera la luz: el veto presidencial.

Al visualizar que el Congreso Nacional le propinaría otro duro golpe y que apenas lograría dilatar la aprobación, sin margen para seguir especulando, Piñera decidió promulgar la ley.

Sin duda, la ciudadanía fue un factor clave para que se aprobara en el Parlamento el tercer retiro del 10% de los fondos de pensiones. Las movilizaciones a lo largo del país durante la tramitación y luego de despachada fueron fuertes y claras en defensa del proyecto. Parece que, además, al Tribunal Constitucional no pasó desapercibida la indolencia del Gobierno para hacerse cargo de la dramática situación de la población frente a la pandemia, lo que provocó un amplio consenso parlamentario en torno la iniciativa.

¿Será la última derrota de Piñera? ¿Se vendrá un cuarto retiro? ¿Se abrirán paso las ideas de una renta universal de emergencia y un impuesto a los súper ricos? Todo eso lo veremos en los siguientes meses. De lo que estamos seguros es que tendremos Nueva Constitución, que se confirma una y otra vez que Chile despertó y ha cambiado, y que el gobierno de la derecha será recordado como el peor de la historia postdictadura, como un Mandatario prisionero de su propia ideología, incapaz de ver más allá que su propio y pequeño mundo de especulador.

Fuente: Crónica Digital

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