El inevitable pero fallido asesinato de imagen de Marco Enríquez – O

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Cristóbal Reyes Bielefeld
Sociólogo. Consejero Nacional Partido Progresista
José Henríquez

Secretario Metropolitano Partido Progresista
Hemos podido ver a lo largo de la historia que en política no hay límite cuando se trata de debilitar al adversario. Si hace un par de décadas se asesinaba a secas, hoy se apuesta a “los asesinatos de imagen” o dicho de otra forma, a la distorsión intencional de la realidad con el fin de crear un falso imaginario que afecte a determinado blanco.

Esto es lo que coludidamente sectores que se resisten al cambio pretenden hacer con Marco Enríquez – O, a quien consideran su adversario más fuerte (y prácticamente el único realmente competitivo).

Bien lo expuso en su cuenta de twitter la socióloga Marta Lagos, que dicho sea de paso ha hecho pública su oposición a las ideas progresistas. “Pocas veces se ha visto un asesinato de imagen más concertado” esgrimió, y añadió en un comentario posterior: “No es santo de mi devoción, pero declararlo en la UTI es wishful thinking (pensamiento desiderativo) de una élite que decide sacarlo de carrera”.

Lo que aquí queda claro es que los “dueños del país”, la élite, haciendo uso del control que poseen sobre los medios de comunicación y persiguiendo un objetivo político claro y deliberado, se ha propuesto afectar al máximo la imagen y credibilidad de Enríquez – O para debilitar el proyecto que lidera: “El Progresismo”.

Por nuestra parte, los que estamos impulsando un proyecto transformador en Chile desde diversos espacios, simplemente nos cabe “recordar”. Hagamos un poco de memoria: Enríquez – O fue Diputado (entre 2006 y 2009) y dos veces candidato presidencial (el 2009 y 2013). En calidad de congresista presentó una serie de Proyectos de Ley encaminados a terminar con las malas prácticas electorales, velar por el principio de probidad y entregar mayor poder a la ciudadanía. En este sentido, tanto las reformas legales como constitucionales impulsadas por éste no tuvieron otro fin más que poner término a los espacios normativos de los cuales la élite de nuestro país se ha valido (y se sigue valiendo) para utilizar el sistema político a su antojo, aprovechándose de estos privilegios para obtener réditos políticos y económicos.

Revisemos algunos. Ingresó a tramitación el Proyecto de Ley que buscó modificar la Ley Orgánica de Municipalidades en lo referente a establecer un mecanismo ciudadano y participativo de revocación de autoridades comunales elegidas popularmente. Presentó una serie de proyectos relacionados al ámbito electoral, entre ellos: aquel que modifica la ley N° 18.700, Orgánica Constitucional de Votaciones Populares y Escrutinios, incorporando medidas para asegurar la probidad en la ejecución de las campañas y la igualdad de los candidatos a cargos de elección popular (estableciendo delitos de carácter electoral que puedan cometer los candidatos). Ingresó como moción parlamentaria el proyecto que modifica el artículo 18 de la Constitución Política de la República incorporando una nueva causal de pérdida del cargo de autoridad por contravenciones a la ley N° 19.884, sobre transparencia, límite y control del gasto electoral. Además, presentó el Proyecto de Reforma Constitucional que incorpora como nueva causal de cesación en el cargo de Diputado o Senador la inasistencia injustificada a las sesiones de Sala y, a su vez, el Proyecto que modifica la Ley 18.046 sobre Sociedades Anónimas, buscando establecer la prohibición de ser directores de toda clase de sociedades anónimas a los Diputados, Senadores, Ministros de Estado y otras autoridades. Convencido de una forma de distribuir el poder que de mayor protagonismo a los ciudadanos, el 2015 apoyó energéticamente la iniciativa legislativa de referendo revocatorio impulsada, entre otros, por los Diputados Giorgio Jackson y Vlado Mirosevic (la cual propuso cuando fue Diputado).

Cabe recordar también algunas de las ideas que impulsó como candidato presidencial. Por ejemplo, el 2009 fue quien instaló el debate sobre educación pública, gratuita y de calidad, hoy bandera de muchos; el 2013 impulsó la necesidad de una reforma tributaria que realmente recaudara lo necesario para recomponer la educación pública (5% de PIB y no 3% como lo ofrecido por la actual mandataria), incluso incorporó a ésta un royalty real a nuestros RRNN (no el pactado entre SQM y Longueira). El mismo año propuso democratizar y modificar el financiamiento de las Fuerzas Armadas (antes del bullado #MilicoGate), comenzar la explotación estatal del litio (interés opuesto a SQM), que el Estado chileno asegure una participación fundamental (50%+1) en la explotación de nuestro recurso natural más importante (el cobre), que se dé cuanto antes más poder a las regiones (descentralización efectiva: no sólo política, sino que fiscal y administrativa), que se termine con el sistema de AFP implementando uno basado en principios de solidaridad intergeneracional, que se ajuste el sistema hiperpresidencial, que se generen cambios profundos en materia de distribución de ingresos (reforma laboral con negociación por ramas e impuesto a la riqueza al 1% más rico), que se avance hacia libertades individuales más plenas (aborto terapéutico, matrimonio igualitario, consumo medicinal y recreativo de la cannabis, etc.), que se derogue el código de aguas para reconocer el recurso hídrico como bien nacional de uso público, que se revise la Ley de Pesca (que regaló el mar a 7 familias) dibujada por el Piñerismo mediante el Ex Ministro de Economía Pablo Longueira y su Subsecretario de Pesca, que se dé rango constitucional a nuestros pueblos originarios, entre tantas otras cosas más. Además, desde el 2012 Enríquez – O ha sido el único político con opción presidencial que ha trabajado activa y públicamente por el comienzo de un nuevo ciclo político iniciado mediante una Asamblea Constituyente, el gran dolor de cabeza de la élite.

En virtud de lo expuesto la conclusión parece obvia: La élite, que tienen todo el poder para desprestigiar, distorsionar e intentar manipular la realidad, lo hará y lo seguirá haciendo, poco podemos hacer contra tan magno e histórico poder. Por lo que el intento de “asesinato de imagen” de Marco Enríquez – Ominami es inevitable, y si miramos las cifras, también fallido (se mantiene como político con más futuro y candidato más competitivo de izquierda). No obstante, poniendo las cartas sobre la mesa, somos los ciudadanos quienes no debemos dejarnos manipular. Para ello, el primer paso es cuestionar lo que parece el cauce natural de los hechos pero que en verdad es una burda operación orquestada por una élite que a toda costa bloqueará cualquier líder capaz de remecer las vigas del modelo: Hoy es el turno de Marco Enríquez – O.

Si llegaste hasta acá, es porque las ideas Progresistas te conmueven. ¡Súmate como militante a la fuerza de cambio!

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